Venus se interpuso hoy entre el Sol y la Tierra dejando ver su silueta deslizarse lentamente sobre la superficie del astro rey, un fenómeno que ayudará a los científicos a recopilar datos sobre el tránsito de los planetas y que no se repetirá hasta 2117.
Tal y como estaba previsto, Venus apareció tímidamente como un pequeño lunar recorriendo el disco dorado solar ante los cientos de miradas de científicos y aficionados que le esperaban para seguir su trayecto, que se prolongó unas siete horas.
El fenómeno, retransmitido por la NASA en directo, se pudo ver en casi todo el planeta excepto en África y gran parte de América del Sur, en especial en los países de Asia del Este y del Pacífico Occidental, que pudieron presenciar el recorrido completo.
América del Norte, Centroamérica y el norte de América del Sur (Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) pudieron ver el inicio en torno a las 22.03 GMT, antes del atardecer, mientras que la mayor parte de los países de Europa, Oriente Medio y Asia del Sur disfrutaron de la última etapa al amanecer del miércoles.
Este fenómeno, que se denomina tránsito planetario, tiene lugar cuando el Sol, Venus y la Tierra se alinean en ese orden, de forma que el planeta bloquea parte de la luz que emite la estrella, sin llegar a ser un eclipse ya que la porción que cubre es muy pequeña.
Fenómeno extraordinario
El Sol, Venus y la Tierra se alinean en raras ocasiones debido a que las órbitas alrededor del Sol de la Tierra y Venus están ligeramente inclinadas la una respecto a la otra y llegan a "desincronizarse", según explicó Adriana Ocampo, de la división de Ciencias Planetarias de la NASA.
Eso es lo que hace que sea un fenómeno poco frecuente que se ve dos veces seguidas cada siglo con una diferencia de ocho años entre uno y otro y no vuelve a repetirse hasta 105 años después. El último tránsito se produjo en junio de 2004 y el siguiente será en 2117.
Los tránsitos de Venus, considerados una "rareza astronómica", (desde que se inventó el telescopio se han registrado tránsitos en 1631, 1639; 1761, 1769; 1874, 1882 y 2004) han ayudado a los científicos en los últimos siglos a despejar algunas incógnitas la distancia de la Tierra al Sol y por tanto el tamaño del sistema solar, algo que cambió el concepto de la ciencia.
Los expertos entendían que esta era una oportunidad única para profundizar en datos como la temperatura y la presión de la densa atmósfera de Venus.
Además, la sombra proyectada por Venus servirá para estudiar las que emiten los planetas fuera de nuestro sistema solar, conocidos como exoplanetas, que también localizan con la técnica de tránsito.
Venus tiene un tamaño similar a la Tierra y un mismo origen rocoso, sin embargo su evolución fue muy diferente y entre los misterios que oculta está saber por qué rota en sentido contrario al de los otros planetas. (El MUNDO)