La erupción volcánica submarina en la isla de El Hierro ha finalizado, según confirma el Comité Científico del Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca). En este sentido, los científicos consideran que si bien aún se mantiene alguna actividad sísmica, el fenómeno eruptivo ha concluido después de seis meses de su inicio. “Ha terminado la fase de erupción en la zona del Mar de las Calmas en La Restinga porque hace semanas que no hay constancia de gasificación ni emisión de material a la superficie pero sólo en cuanto al proceso eruptivo iniciado en el mes de octubre porque todavía registramos sismicidad, lo que indica que el proceso volcánico continúa”, indicó la responsable del Instituto Geográfico Nacional (IGN), Carmen López.
Debido a esta sismicidad residual, el Gobierno de Canarias indica en un comunicado que la continuidad del proceso obliga a mantener un sistema de vigilancia científico hasta que se vuelva a los parámetros anteriores al mes de julio del año pasado. También se mantendrán la mayoría de las batimetrías programadas para monitorizar la evolución del proceso sísmico.
El director general de Seguridad y Emergencias, Juan Manuel Santana, explicó que “esta situación implica una valoración de las medidas de Protección Civil que están vigentes una vez se analicen en profundidad todos los datos”.
Desde el Ministerio del Interior se confirmó el mantenimiento de las batimetrías previstas para los próximos tres meses, pero con una menor periodicidad “dado que la fase en la que nos encontramos no reviste riesgos para la población”, indicó el subdelegado del Gobierno en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Guillermo Díaz Guerra. Además, la Administración regional señala que mañana la embarcación de Salvamento Marítimo Adhara realizará una batimetría, para posteriormente sucederse cuatro más, la última de ellas a mediados del mes de mayo.
Por su parte, El Instituto Español de Oceanografía (IEO) precisó en su informe definitivo sobre la campaña realizada por el buque Ramón Margalef el pasado 24 de febrero, que el cono volcánico submarino se encuentra a 88 metros de profundidad. El incremento de la altura, a juicio de los científicos del IEO, se ha debido a un ligero aumento de volumen en los depósitos del curso alto, en especial en el cono, que no está asociado a un incremento de la actividad ya que se ha dado una importante disminución en la presencia de plumas de emisión y la desaparición total de ruido en los ecogramas.
Debido a esta sismicidad residual, el Gobierno de Canarias indica en un comunicado que la continuidad del proceso obliga a mantener un sistema de vigilancia científico hasta que se vuelva a los parámetros anteriores al mes de julio del año pasado. También se mantendrán la mayoría de las batimetrías programadas para monitorizar la evolución del proceso sísmico.
El director general de Seguridad y Emergencias, Juan Manuel Santana, explicó que “esta situación implica una valoración de las medidas de Protección Civil que están vigentes una vez se analicen en profundidad todos los datos”.
Desde el Ministerio del Interior se confirmó el mantenimiento de las batimetrías previstas para los próximos tres meses, pero con una menor periodicidad “dado que la fase en la que nos encontramos no reviste riesgos para la población”, indicó el subdelegado del Gobierno en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Guillermo Díaz Guerra. Además, la Administración regional señala que mañana la embarcación de Salvamento Marítimo Adhara realizará una batimetría, para posteriormente sucederse cuatro más, la última de ellas a mediados del mes de mayo.
Por su parte, El Instituto Español de Oceanografía (IEO) precisó en su informe definitivo sobre la campaña realizada por el buque Ramón Margalef el pasado 24 de febrero, que el cono volcánico submarino se encuentra a 88 metros de profundidad. El incremento de la altura, a juicio de los científicos del IEO, se ha debido a un ligero aumento de volumen en los depósitos del curso alto, en especial en el cono, que no está asociado a un incremento de la actividad ya que se ha dado una importante disminución en la presencia de plumas de emisión y la desaparición total de ruido en los ecogramas.